Posteado por: Javier | enero 30, 2011

Chile y Milton Friedman: ¿el «asesor» de Pinochet?

Señores, vamos a ver:

Una de las cosas que nos tiene ya un poco cansados a los defensores de la política monetarista, tal y como la concibió el Dr. Milton Friedman, es esa insistencia en tratar de desacreditarla pintando al economista neoyorquino como «asesor» o «consejero» de la dictadura militar de Augusto Pinochet en Chile.

Pero, es más, aún cuando hubiera sido así, ¿dónde está el problema en intentar que los habitantes de un país gocen de un poco más de libertad? Lo mismo que en Chile, sirve para la China o la Yugoslavia comunistas, donde también Friedman pronunció sus conferencias sin que se formase tal revuelo. En una dictadura el único individuo que es libre es el propio dictador. Pero cuanto menos esté atada la gente al Estado y menos dependa de sus prebendas, más posibilidades de que perciba la inmoralidad de esa dictadura y busque zafarse de ella.

Porque no fue la dictadura pinochetista, sino las recetas económicas de Milton Friedman y los «Chicago Boys» las salvadoras de Chile.

¿Quienes eran «Chicago Boys»?

Por este nombre se conoce a un grupo de cerca de 25 economistas chilenos, la mayoría titulados en la Pontificia Universidad Católica de Chile, y con postgrado en la Universidad de Chicago durante la década de los años 1960, los cuales fueron alumnos de los profesores de la Escuela de Economía de la Universidad de Chicago Milton Friedman y Arnold Harberger. Los Chicago Boys aplicaron un programa de privatización y reducción de gasto fiscal para resolver la alta inflación y dificultades económicas heredadas del gobierno de Salvador Allende.

Friedman recibió enormes y durísimas críticas por su supuesta «colaboración» con la dictadura de Pinochet en Chile. Esta «colaboración» hay que aclarar que fue una invitación recibida por parte de la Escuela de Negocios de Valparaíso, por mediación de los ex-alumnos chilenos de la Escuela de Chicago (los «Chicago Boys»), para dar una serie de conferencias sobre la situación económica chilena que influenció enormemente en los asistentes económicos del gobierno. Friedman sostuvo y defendió en aquellas charlas que los mercados libres minarían la centralización y el control políticos, que la liberalización económica conduciría, tarde o temprano, a la democratización política. Las diferencias y los resultados saltan a la vista: Cuba, por ejemplo, es, después de 50 años, una dictadura sumida en la pobreza mientras que Chile volvió a ser una democracia hace ya 20 años. Algo que siempre llamó la atención a Friedman fueron las críticas por estas conferencias en Chile… pero no por las impartidas a los estudiantes de economía chinos ni por su reunión con el secretario del Partido Comunista, Zhao Ziyang, la cual fue calcada casi punto por punto a la mantenida con Pinochet, diciendo «Dicté tanto en China como en Chile exactamente las mismas conferencias. He visto muchas manifestaciones contra mí por lo que dije en Chile, pero nadie ha hecho objeciones a lo que dije en China. ¿Cómo se explica?». Y ello a pesar de tratarse la dictadura comunista china de un régimen mucho más represivo que el de Pinochet. Pero es que habría que dudar si, más que odio a las dictaduras, tras estas críticas lo que realmente había era odio a la libertad.

En dos entradas publicadas en septiembre ya hablé del desastre, no solo económico, que estaba ocasionando en Chile el mandato de Allende. Junto con el camino paso a paso hacia el socialismo real: una inflación disparada, unos precios controlados de miles de productos, los cuales escaseaban (salvo el pan, que estaba subvencionado y que el Gobierno cuidaba fuera abundante), las expropiaciones y nacionalizaciones de empresas y tierras, así como continuos piquetes y ocupaciones de fábricas que impedían que se produjese prácticamente nada.

Tras el cruento golpe de 1973, que fue apoyado por una buena parte de la población, todo hay que decirlo, la situación económica en 1975 seguía siendo precaria en Chile puesto que la junta militar se había metido directamente a pretender gestionarla, dejando relegados a un segundo plano a los Chicago Boys. El general Pinochet no tuvo más remedio que acudir a ellos y al consejo del propio Milton Friedman ese mismo año, ante el fracaso de su política intervencionista en los dos primeros años tras su toma del poder. Aparte de las conferencias antes mencionadas, Friedman mantuvo una entrevista de tres cuartos de hora con Pinochet, en la que le expuso sus puntos de vista, remitiéndole un informe el 21 de abril de ese mismo año, 1975. La historia económica de Chile empezó a cambiar a partir de entonces.

Friedman detectó rápidamente dos problemas: «la inflación y la promoción de una sana economía de mercado». La causa de la inflación era: «El gasto público supone aproximadamente el 40 por ciento del ingreso nacional; […] alrededor de una cuarta parte de ese gasto no está financiado por impuestos explícitos». El resto se financiaba con el impuesto inflacionista sobre el dinero, a «un tipo del 300 al 400 por ciento (la tasa de inflación) […] sobre el valor de la cantidad de dinero […] La única forma de terminar con la inflación es reducir drásticamente el crecimiento de la cantidad de dinero y la única forma de reducir ésta es reducir el déficit fiscal». Era posible reducir este déficit mediante la deuda o una subida general de impuestos pero ambas eran un obstáculo al libre mercado. El camino tomado fue la reducción del gasto público, tomando, asimismo, otras medidas que mitigaran las repercusiones en los sectores de la población más dependientes del Estado: «Para suavizar la transición y facilitar la recuperación, creo que las medidas fiscales y monetarias tendrían que ser parte de un paquete que incluyera medidas tendentes a eliminar obstáculos a la empresa privada y a dulcificar el malestar social», sobre todo, la primordial,  «Liberar el comercio internacional y así crear una competencia efectiva para las empresas chilenas y promover la expansión tanto de exportaciones como de importaciones».

Paradójicamente, en medio de una dictadura política, en el campo económico se iba a dejar más espacio de decisión a las personas y menos al Estado. Friedman, pese a ser bastante atacado como «colaborador de Pinochet», estaba convencido de que la libertad económica traería pronto la libertad política, en una sociedad que, pese al régimen pinochetista, no iba a estar encadenada al Estado como la de cualquier dictadura socialista.

Una de las primeras medidas fue, por tanto, una política de reducción del gasto fiscal, reestructuración del aparato estatal y un control estricto de la gestión presupuestaria. Una vez realizadas estas medidas, se emprendió una reforma tributaria, reforma laboral, desregulación o liberalización de controles en diversos sectores de la economía (fundamentalmente la agricultura), libre ingreso de inversiones y divisas, liberación de los aranceles y cambio fijo de la moneda local peso con respecto al dólar. En una etapa posterior vino la reforma de la seguridad social y la chilenización definitiva de las empresas claves de la estatal Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), así como la re-privatización de los bancos después de la crisis de 1982. Institución clave en los estudios y redacción de las reformas de la salud, previsión y relaciones laborales fue la Oficina de Planificación Nacional (ODEPLAN) bajo el liderazgo de Miguel Kast.

Salvador Allende había hecho méritos suficientes (como, hace dos años, el cowboy Zelaya en Honduras) para ser destituido e, incluso, procesado. No los había para instaurar una dictadura militar ni desatar después una brutal represión (aunque Pinochet no tuviera tantos cadáveres en el armario como, por ejemplo y sin ir más lejos, Fidel Castro), por supuesto. La libertad económica facilita la libertad individual y, aunque no la garantiza, tener la primera es el primer paso para recuperar la segunda. Pinochet abandonó el poder en 1990, tras el referéndum de 1988. La liberalización económica no solo facilitó la vuelta de la democracia sino que, hoy día, Chile es el país con la economía más avanzada de America Latina, con el más bajo nivel de corrupción, el más bajo nivel de mortalidad infantil y el más bajo número de personas viviendo bajó el nivel de pobreza. Por cierto, ahora, parece ser que Chile va a investigar los sucesos del 11 de septiembre de 1973, como tiene que ser, en el propio país donde hallan ocurrido, tras el lamentable espectáculo de hace poco más de 10 años.

El Gobierno de Pinochet siguió estos consejos con algunos altibajos, abandonando la senda cuando se produjo alguno de los efectos secundarios de la disciplina monetarista. Pero no hay que confundir los efectos de abandonar la terapia monetarista y ponerse a aumentar otra vez la oferta de dinero, como han hecho varias veces los gobiernos al ver las primeras consecuencias secundarias, con que eso sean “consecuencias del monetarismo”. El propio Friedman previó que eso podía suceder si la política monetaria no era estricta, según lo que ocurrió en EEUU entre 1960 y 1980, hasta en cuatro ocasiones el gobierno redujo el flujo de dinero al mercado para controlar la inflación y al comprobar los efectos, en forma de aumento temporal del desempleo, lo que se hizo fue aumentar de inmediato la cantidad de dinero, iniciando otro ciclo inflacionario. También cometió otro error el Gobierno chileno, como fue fijar la paridad de cambio entre el peso y el dólar, en 1979. Pero esto tampoco es achacable a Friedman. Hay que recordar que Friedman siempre defendió los cambios flexibles.

Los resultados están a la vista: Chile sufrió, el 27 de febrero de 2010, un terremoto con una diferencia de apenas 1,8 puntos en la Escala de Richter pero, en la práctica (por tratarse de una escala logarítmica), 500 veces más potente que el de Haití, de diciembre de 2009. No obstante, en Haití los muertos se cifraron en cientos de miles (sobre una población total de 10 millones de personas), mientras que en Chile, siendo triste cualquier muerte, apenas superaron los quinientos (sobre una población de 17 millones de personas).

Algún iluminado, conocido en su casa a la hora de comer y por ser hermano de alguien y poco más, considerará el liberalismo como algo «asesino» (no es que tenga demasiada importancia y no hay más que ver dónde escribe; el artículo vale menos que un tomate podrido comprado en un mercadillo ambulante de mala muerte, pero les recomiendo que lo lean) aunque en este caso, claramente, como en otros, ha salvado vidas.

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Respuestas

  1. Hola Javier,

    Tendría muchísimas cosas que comentar de este artículo pero me voy a concentrar en lo esencial. Tengo pendiente pedirle al director de la universidad de virginia en Valencia su tesis doctoral, que versa sobre la economía chilena, pero hace tiempo que no le veo. Me interesa especialmente porque esta visión de la economía chilena y el monetarismo, aunque parece un axioma, no es compartida por todos los economistas. De hecho hay quien sostiene que fue la nacionalización de la industria del cobre y la reforma agraria Allendista las que suavizaron verdaderos golpes económicos en el chile tardopinochetista. No tengo argumentos para aceptar o negar esa afirmación fuera de los dogmas que defiende cada escuela, así que lo dejaremos para un debate posterior.

    Yo, que soy muy critico con la escuela de Chigado y el monetarismo, quiero dejar algo claro. Que Friedman diese consignas o fuese seguido por la dictadura Pinochetista no le convierte en un dictador, y eso debe quedar muy claro. Chile fue, en cierta manera, un campo donde los nuevos monetaristas experimientaron gracias a que la dictadura podía contener muchas de las quejas sociales que tienen estas políticas, pero no fue el paraiso deseado para Friedman ni mucho menos, por lo menos no lo creo.

    Creo que es importante destacar también que si bien la dictadura tuvo unos años muy monetaristas y radicales, cuando las cosas comenzaron a torcerse volvieron a aplicar ciertas medidas keynesianas. No imprimir locamente dinero como siempre acusan ustedes a los estados, pero sí cierto invervencionismo. Cuando pasó el huracán tampoco volvió a un monetarismo tan radical.

    Rescpecto a las criticas a Allende creo que hay que saber relativizarlas. Allende fue un presidente ingenuo, que creía que podía aplicar una revolución socialista democrática en plena guerra fría y con la pasividad de los perjudicados por estas medidas. Sus medidas económicas, que proporcionaron crecimiento en un primer momento, se demostraron ilusas cuando comenzaron a fallar, pero debemos recordar que Allende se encontró con un boicot económico por parte de la mayoría de empresarios y muchos profesionales, que fueron los que llevaron al país a la situación en la que estana en 1973 con su actitud (lo que no quita para que Allende debiese haber tomado otra política más moderada).
    Me preocupa lo que ha dicho de que la acción gubernamental de Allende justificaba su destitución, además comparandolo con Zelaya. Hay que recordar que Allende, en situaciones dificilísimas, jamás eliminó las libertades democráticas en Chile, y de hecho estaba a punto de convocar un plebiscito sobre su presidencia, que probablemente hubiese perdido. Justificar un golpe de estado por una situación económica me parece terrible y nos llevaría a teorías peligrosísimas y a aplicaciones socio-políticas más peligrosas todavía. El caso de Zelaya, pro cierto, tampoco es justificable y así lo entienden la inmensa mayoría de países.

    Finalmente me gustaría recordar que a pesar del crecimiento económico de Chile, los gobiernos de la dictadura duplicaron el número de pobres en Chile respecto a la época anterior, y lo que es más grave en un entorno de crecimiento. Chile es, hoy, uno de los países más desiguales de la tierra, y tan sólo su decente economía evita que se encuentre en una situación catastrófica. Creo que 50 familias tiene en sus manos el 80% del PIB, siendo una la familia Piñera.Si el PIB de Chile fuese la mitad sería un país terrible.
    Los gobiernos de la concertación redujeron la pobreza relativa a la mitad en sus 20 años, poniéndola en porcentajes de la época prepinochetista pero con un país más rico y próspero. Tan sólo espero que el Sr.Piñera no deshaga el camino hecho.

    Saludos,

    • saludos pedro, solamente te digo mira a Venezuela y el desastre que logro la izquierda mal preparada y el socialismo=comunismo trasnochado allí.

      • Es maravilloso ver como gente con pocas luces y ninguna moralidad puede defender crimenes y abusos, justificandolos con OTROS crimenes y abusos (en este caso concreto menores).

        Como si dos errores hicieran un acierto

  2. Hola, Pedro:

    Como usted discrepa de estas conclusiones su intervención la esperaba con interés.

    En primer lugar, habrá algún otro que achaque el crecimiento de Chile a «mérito de Pinochet». Eso no es así, ni mucho menos.

    En los dos primeros años, los militares encargados de regir la economía para sanear las cuentas de las empresas públicas y mantenerlas en superavit se dedicaron a pedir créditos a los bancos, lo que elevó la inflación al 40% al mes. O sea que, económicamente, el país tampoco iba con la junta hacia un destino muy halagüeño.

    «Yo, que soy muy critico con la escuela de Chigado y el monetarismo, quiero dejar algo claro. Que Friedman diese consignas o fuese seguido por la dictadura Pinochetista no le convierte en un dictador, y eso debe quedar muy claro. Chile fue, en cierta manera, un campo donde los nuevos monetaristas experimientaron gracias a que la dictadura podía contener muchas de las quejas sociales que tienen estas políticas, pero no fue el paraiso deseado para Friedman ni mucho menos, por lo menos no lo creo.»

    No, por supuesto, Friedman dijo en uno de los debates de la serie «Libertad para elegir» que, evidentemente, la situación de falta de libertad política en Chile no le gustaba.

    De todas formas, el monetarismo no tiene porque ser impuesto por una dictadura, es uno de los mitos que se ha creado a partir de lo de Chile. También se aplicó en Japón, un país democrático, a partir de 1974, con buenos resultados, pese a los problemas iniciales, así como en el Reino Unido con Thatcher.

    «Creo que es importante destacar también que si bien la dictadura tuvo unos años muy monetaristas y radicales, cuando las cosas comenzaron a torcerse volvieron a aplicar ciertas medidas keynesianas. No imprimir locamente dinero como siempre acusan ustedes a los estados, pero sí cierto invervencionismo. Cuando pasó el huracán tampoco volvió a un monetarismo tan radical.»

    He hablado de ello, aunque muy brevemente, en el antepenúltimo párrafo. Los coroneles no tuvieron paciencia y se produjeron los efectos de volver a lo anterior, no efectos de la política monetarista en sí misma.

    «Rescpecto a las criticas a Allende creo que hay que saber relativizarlas. Allende fue un presidente ingenuo, que creía que podía aplicar una revolución socialista democrática en plena guerra fría y con la pasividad de los perjudicados por estas medidas. Sus medidas económicas, que proporcionaron crecimiento en un primer momento, se demostraron ilusas cuando comenzaron a fallar, pero debemos recordar que Allende se encontró con un boicot económico por parte de la mayoría de empresarios y muchos profesionales, que fueron los que llevaron al país a la situación en la que estana en 1973 con su actitud (lo que no quita para que Allende debiese haber tomado otra política más moderada).

    Me preocupa lo que ha dicho de que la acción gubernamental de Allende justificaba su destitución, además comparandolo con Zelaya. Hay que recordar que Allende, en situaciones dificilísimas, jamás eliminó las libertades democráticas en Chile, y de hecho estaba a punto de convocar un plebiscito sobre su presidencia, que probablemente hubiese perdido.»

    Sobre Allende, la verdad es que no hay más que consultar las hemerotecas de la época (que el periódico oficialista diga en un titular «Si quieren comer, tendrán que votar a la Unidad Popular» es muy significativo) y el acuerdo de la Cámara de Diputados de Chile de agosto de 1973, unos días antes del golpe, en la que se explicitaban todos los incumplimientos constitucionales de Allende:

    http://es.wikisource.org/wiki/Acuerdo_de_la_C%C3%A1mara_de_Diputados_sobre_el_grave_quebrantamiento_del_orden_constitucional_y_legal_de_la_Rep%C3%BAblica

    Lo suyo no fue un proceso en absoluto ingenuo, sino algo a lo Chávez pero más acelerado aún, pues al venezolano le está llevando diez años. Es evidente que es imposible desarrollar una acción de gobierno respetuosa con la legalidad y democrática cuando el preciso objetivo que se busca es hacerla saltar por los aires y respetuosa, igualmente, con la oposición cuando la visión que se tiene de la realidad está estructurada en torno a la lucha de clases, en la que el objetivo es buscar constantemente el conflicto, la fractura y el enfrentamiento de cualquier forma, todo vale, hasta llegar enfrentamiento final que antecederá a la instauración de la dictadura del proletariado. Quien gobierna así puede tener una apariencia de democracia, pero nada más allá de eso. Y eso con el 30% de los votos únicamente.

    Evidentemente que hubo perjudicados por Allende. El problema es que puedes jugar al socialismo real en un país democrático pero normalmente perjudicarás a grupos cuyo perjuicio pagarán todos al final. Si aumentas por decreto el salario mínimo en un 35%, de golpe, el paro se dispara. Si se acosa a las empresas y se expropian compañías extranjeras, no llegarán inversores ni créditos del exterior. Si los piquetes y las asambleas están ocupando día sí y otro también las fábricas es evidente que no producirán nada. Si mantienes, por decreto, bajos, los salarios de los trabajadores cualificados y los profesionales liberales en tiempos de una desatada inflación, te cargarás por completo la estructura de la clase media. Si fijas los precios de fabricación de acuerdo a criterios marxistas y los fabricantes tienen que vender sus productos a los precios anteriores al aumento de la inflación, como la que se disparó durante su mandato, a pesar del enorme aumento del coste de la mano de obra y las materias primas, acabarás echando a perder la industria. El dinero no crece de los árboles.

    Esto, pues, no, no justifica un golpe de estado y una represión terrible, pero es que la situación a la que iba Chile era a la de un enfrentamiento armado.

    Lo preferible, que se hubieran articulado los mecanismos legales para destituirlo, como es lógico.

    «Justificar un golpe de estado por una situación económica me parece terrible y nos llevaría a teorías peligrosísimas y a aplicaciones socio-políticas más peligrosas todavía. El caso de Zelaya, pro cierto, tampoco es justificable y así lo entienden la inmensa mayoría de países.»

    Que lo de Honduras fuera un golpe de estado es muy cuestionable. De serlo sería un golpe muy «sui generis».

    La mayoría de países que lo vieron así fueron los del ALBA (Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua), los aliados de Zelaya, más España. Obama, en un principio, estuvo de parte de Zelaya pero tuvo que rectificar sobre la marcha.

    En primer lugar, Zelaya no jugó limpio: ni con la Constitución ni con la democracia hondureña. Convocó una consulta popular para reformar a fondo la Constitución. La reforma incluía, entre otros puntos, ampliar el mandato presidencial, al más puro estilo de su mentor Hugo Chávez y de su pupilo Evo Morales. Esta consulta era ilegal a todas luces; a las de la Corte Suprema de Justicia, a la del Órgano Superior Electoral y a la de todo el arco parlamentario, incluyendo el partido al que pertenecía Zelaya, el Partido Liberal (curiosamente, de centro-derecha, pese a que Zelaya una vez en el poder se instalase en la radicalidad izquierdista del “socialismo del siglo XXI”), que había mostrado su oposición al plebiscito en repetidas ocasiones. No es casualidad que el sucesor interino de Zelaya, Roberto Micheletti, fuera de su mismo partido y presidente del Congreso Nacional de Honduras. La reforma constitucional que Zelaya quería meter a capón ni era legal, ni popular, ni era necesaria. En este aspecto Zelaya se comportó como el primer enemigo del sistema constitucional hondureño.

    Por otro lado, en el «golpe», aparte del ejército, habrían participado tanto el poder legislativo como el judicial. Desde luego, no podría calificarse como un “cuartelazo” latinoamericano al uso. Zelaya, siguiendo los métodos chavistas, actuó como si estuviera por encima de la ley. Aunque las leyes hondureñas permitían una reforma constitucional, el poder de abrir esa puerta no residía en el presidente. Una asamblea constituyente sólo puede ser convocada mediante un referendo nacional aprobado por el Congreso, eso según la propia Constitución de Honduras. Zelaya, sin embargo, declaró el voto por su cuenta e hizo que Chávez enviara las papeletas necesarias desde Venezuela. La Corte Suprema falló que el referendo era inconstitucional, por supuesto.

    Cuestión distinta fue la forma de destituir a Zelaya por las ilegalidades cometidas. La intervención de los militares en la política hondureña, aunque la ordenase el Tribunal Supremo, no fue algo muy ortodoxo y sí bastante discutible, eso sí es cierto. La Justicia y el Parlamento hondureños podrían haber destituido y procesado a Zelaya e impedido su referendo ilegal mediante medios policiales y sin recurrir al ejército, eso por supuesto.

    «Finalmente me gustaría recordar que a pesar del crecimiento económico de Chile, los gobiernos de la dictadura duplicaron el número de pobres en Chile respecto a la época anterior, y lo que es más grave en un entorno de crecimiento. Chile es, hoy, uno de los países más desiguales de la tierra, y tan sólo su decente economía evita que se encuentre en una situación catastrófica. Creo que 50 familias tiene en sus manos el 80% del PIB, siendo una la familia Piñera.Si el PIB de Chile fuese la mitad sería un país terrible.

    Los gobiernos de la concertación redujeron la pobreza relativa a la mitad en sus 20 años, poniéndola en porcentajes de la época prepinochetista pero con un país más rico y próspero. Tan sólo espero que el Sr.Piñera no deshaga el camino hecho.»

    Bueno, no tengo esos datos, pero habría que ver qué era pobreza en los niveles económicos de la época de Allende y qué es pobreza hoy. Es como cuando se habla del porcentaje de pobres de EEUU, como si todos los que se consideran pobres allí estuvieran tirados en la calle entre cartones. Desde luego, seguramente, no es lo mismo ser «pobre» en Chile que en Bolivia o Ecuador. Pero, francamente, con la debacle económica que estaba ocasionando la Unidad Popular, me extraña un poco.

    Los gobiernos de Concertación, por otra parte, sí, han sido la izquierda más seria, todo hay que decirlo, en Latinoamérica en los últimos años y, al menos me lo parece, han tenido una buena gestión en la transición a la democracia en estos 20 años.

    Saludos.

  3. LA CORRUPCIÓN.
    Estos caos políticos sociales están presente desde siempre en la historia de la humanidad, esta en el código genético del mal, por ello el bien los ha tratado de neutralizar con las míticas figuras de Buda, Jesús , Mahoma y con las religiones. En todo caso, la corrupción por sí sola no es el problema esencial, más bien simboliza y resalta debilidades subyacentes del funcionamiento del Estado y su interacción con los ciudadanos y las empresas.
    En el acto de la corrupción existe un dominio del instinto por sobre el intelecto, si se deja al libertinaje, aparece la formula más cruel de la corrupción, como lo es la mafia, el narco tráfico y el crimen organizado, esto nos debe llevar a la reflexión, de cómo estamos formando al ser humano, cómo estamos trabajando con el valor de la virtud, la honradez, la justicia, la paz y la democracia y a su vez qué política estamos desarrollando para intervenir las percepciones, de corrupción, las que estarían apoyadas en realidades más o menos concreta que deben dilucidarse.
    La principal defensa que argumentan, es el oportunismo político y el deseo de enlodar cierta administración,personas o ministerios, lo que no quita que los órganos contralores, como la Controlaría, Cámara de Diputados, Senadores, Concejales y organismos de control interno en las reparticiones de los Ministerios Públicos puedan realizar su función a fin de esclarecer los hechos, por tanto las normativas deben estar respaldadas por un sistema judicial competente, actualizado, ágil y eficaz, es una condición necesaria para establecer el imperio de la ley.
    Para el control de la corrupción en nuestra sociedad, es necesario aportar con todas las implementaciones, como son manuales de control y evaluación permanente, son acciones que fortalecen una política de transparencia.
    Se necesita realizar las reformas necesarias para conseguir una legislación jurídica acordé al desafío planteado y funcionarios que estén dispuesto a denunciar, para quienes se debe tener cautelado su protección laboral a lo menos. Sin embargo, una reforma eficaz no puede producirse a menos que la comunidad internacional y los dirigentes políticos nacionales apoyen medidas anticorrupción y afortunadamente estamos avanzando.
    Todas estas acciones aplicadas evitarían que el hombre se transforme en el superhombre (Nietzsche) que pregona la muerte de Dios y él ocupe ese espacio sin cuestionamientos y maneje la mentira y el engaño con gran competencia, algo que se aprecia muchas veces en los políticos y sus declaraciones, esto nos podría traernos insospechadas tragedias si la persona se aleja del pensamiento ético virtuoso y actúa por poder y autocomplacencia, por ello la denuncia es vital, aunque se trate de faltas éticas, que no juzgan los tribunales, sino la opinión pública que es el electorado, cuyo poder se expresa cuando es capaz de derribar gobiernos, claro que también colabora la prensa, ya sea en bajar el perfil o amplificar nimiedades con fines políticos.
    Para cambiar una sociedad corrompida o que está evidenciando corrupción, es necesario cambiar los ordenamientos constitucionales que regulan el funcionamiento de las instituciones, por este motivo se creo la Ley 18.575 de probidad administrativa, en su artículo 54, inciso 2°, lo define como el principio que consiste en observar una conducta intachable y un desempeño honesto y leal de la función o cargo, con preeminencia del interés general sobre el particular.
    La corrupción consiste básicamente en ofrecer u otorgar a un funcionario público cualquier objeto de valor pecuniario u otros beneficios como dádivas, favores, promesas o ventajas, a cambio que dicho funcionario realice u omita cualquier acto, en el ejercicio de su función pública, relacionada con una transacción de naturaleza económica o comercial, que beneficie injustamente al sobornante o bien el robo directo, son algunas de las vías de enriquecimiento ilícito afectando al hombre honrado y a la sociedad indefensa..
    La corrupción es altamente perjudicial, ya que socava los pilares en los cuales se sustenta la sociedad y la democracia. La corrupción tiene niveles de mayor impacto social cuando afecta al Estado y a los medios de comunicación masivos, lo que podría generar engaños; por ello hay que poner los límites en las actuaciones políticas de todo tipo y velar para que exista libertad de información, comuniciación y libertad de expresión que constitueyen en parte el control social etc.
    La situaciones de corrupción son a veces utilizadas como una oportunidad de protagonismo público, en otras los privados se sienten con el deber de entrar en un área compleja cuando realizan monopolios, tienen exagerados ingresos en ralación a los dineros que aportan a los contribuyentes al as AFP, utilidades de los Bancos y Financieras, mientras que los usuarios muchas veces van a la pérdida, son condiciones casi aceptadas de buena manera, cuando en realidad no debiera de ser.
    La cautela , los antecedentes probatorios y la firmeza de sostenerlos deben ir de la mano de la denuncia y esto requiere de valentía, aprendizaje y educación.
    En cambio el anonimato posibilita prácticas corruptas, permite que el ser humano sea moldeado por una mala costumbre, por una mala práctica las que puedan convertirse en hábitos, entrando de esta manera a una crisis político social de grandes magnitudes, en donde lo incorrecto llega a un punto en el que no puede ser modificado como ocurrió en la dictadura.
    Agusto Pinochet, ha pasado a la historia como el primer gobernante chileno corrupto que se enriqueció él y su familia en donde existían importantes ahorros en el extranjero, además aplicó el nepotismo. Otros ejemplos son: el despido de 200 mil funcionarios, los sobresueldos de todos los jefes de la administración pública, el proceso de privatización de las empresas públicas y su venta rematada a inversionistas a fines al régimen, las presiones sobre el Poder Judicial, para no investigar el paradero de los detenidos, denunciar y terminar con la tortura como método de exterminio, indemnizaciones a todo evento a los directivos de empresas públicas y la ley de amarre de los directivos públicos que se quedaron en forma indefinida en sus puestos por decreto y paralizar cualquier investigación en el plano de la corrupción.
    Siendo los foros y las redes sociales espacios de comunicación alternativos, que podrían llenar esa carencia de comunicación y libertad de expresión, pierde validez cuando se entrama en rumores, en descalificaciones personales y reacciones política destructivas y no se canaliza la acción a los organismos de control pertinentes, por tanto nos falta más preparación como ciudadanos para monitorear la probidad.
    Lo que debiera producirse es una investigación del rumor para aproximarse a la verdad, de ese modo existirá credibilidad sobre los dichos y una forma de aplicar el control social y jurídico. El riesgo de la pérdida de credulidad en las instituciones es un hecho grave, sean estas publicas o privadas, sobre ellas recae la presión de la ciudadanía que exige transparencia y que repudia como los partidos políticos se reparten ahora los derechos de poner a sus representados en las direcciones de Indap, Aduanas, Enap, Corfo,Codelco, Esval entre otras, ya que la mayoría las han privatizado .
    En la región somos testigo de los problemas políticos y sociales que han ocurrido por la corrupción, espero que esto no se constituya en la naturalización de la conducta delictiva y perdamos la capacidad de asombro, por ello se debe sancionar a los corruptos(as), más cuando sus acciones constituyan delitos acreditados, provocados de manera consiente y en abuso de las confianzas depositadas, especialmente cuando los que comenten irregularidades, son los representantes elegidos por votación popular y lo peor de todo es que lo eligen varias veces , legitimando con ello su accionar.
    Estos hechos me llaman la atención como ciudadano y me inquieta conocer cuáles son las razones concomitantes para que aquello ocurra.

  4. […] https://lavozliberal.wordpress.com/2011/01/30/chile-y-milton-friedman-%C2%BFel-asesor-de-pinochet/ […]

  5. Me hacen mucha gracia estos neoliberales judeo-americanos, que sean otros los que apliquen esas medidas en sus respectivos países, a ver que resultado dan, pero cuando se trata de los EE.UU somos los menos neoliberales del mundo. sabéis quienes son los agricultores mas subvencionados de MUNDO? los agricultores de ee.un, así no pueden competir con sus productos agrícolas los países de África por ejemplo,VIVA el libre mercado. los acuerdos de libre comercio con EE.UU son una ruina, que se lo digan a mejico por ejemplo, yo te vendo a ti de todo pero tu a mi no me vendes ni una patata frita porque tengo que proteger mi mercado, todo una mentira de los judíos.


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