Posteado por: Javier | abril 30, 2012

¿De qué tanto escándalo con Pérez Reverte?

A mí Pérez Reverte, para empezar, he de decir que es un personaje que me hace ninguna o muy poca gracia. No he leído ninguna de sus novelas (lo único que he visto es la adaptación al cine de sus novelas de Alatriste) y no tengo por costumbre leerme lo que escribe de vez en cuando a modo de artículo, caóticas parrafadas en los que dos de cada tres palabras es un insulto. Cosas, más o menos, como esto sobre ZP:

«El problema es que buena parte del trabajo a realizar, que por lo delicado habría correspondido a personas de talla intelectual y solvencia política, lo puso usted, con la ligereza formal que caracterizó sus siete años de gobierno, en manos de una pandilla de irresponsables de ambos sexos: demagogos cantamañanas y frívolas tontas del culo que, como usted mismo, no leyeron un libro jamás. Eso, cuando no en sinvergüenzas que, pese a que su competencia los hacía conscientes de lo real y lo justo, secundaron, sumisos, auténticos disparates. Y así, rodeado de esa corte de esbirros, cobardes y analfabetos, vivió usted su Disneylandia durante dos legislaturas en las que corrompió muchas causas nobles, hizo imposibles otras, y con la soberbia del rey desnudo llegó a creer que la mayor parte de los españoles -y españolas, que añadirían sus Bibianas y sus Leires- somos tan gilipollas como usted. Lo que no le recrimino del todo; pues en las últimas elecciones, con toda España sabiendo lo que ocurría y lo que iba a ocurrir, usted fue reelegido presidente. Por la mitad, supongo, de cada diez de los que hoy hacen cola en las oficinas del paro».

Hombre, no digo que sea mentira lo que dice de Zapatero (a pesar de que, por el «trabajo a realizar», se refiere a la agenda feminista y homosexualista), ni que no se puedan usar términos duros ni palabrotas, claro que no. Yo soy el primero que las uso de vez en cuando y no me paro a pensar si molestan u ofenden a alguna señorita, sea del sexo que sea.

No es esa la cuestión, sino que es un personaje que es todo un anarka, un nihilista. En una entrada en su bitácora, don Alfredo comentó hace algún tiempo que una de las opciones para el hombre humanista y anticristiano era dejarse caer en el nihilismo, estar siempre cabreado, odiarlo todo, desear, y clamarlo a gritos, que todo pegue ya el reventón de una puta vez, vivir obsesionado con el amarillismo, que se fijen en ti, que hablen de ti, por lo subido de tono de lo que sueltas por la boquita contra el «sistema». Un antisistema de salón. En definitiva, convertirte en un Pérez Reverte de la vida es una de las posibles elecciones que tienes como escapatoria. Puedes convertirte en un escéptico, en un desengañado de la vida, pero amable y respetuoso de la ley y el orden, puedes convertirte en un drogata, en un delincuente, en un comunista, en un nazi, en un bohemio soñador, en un gótico, en un agro-anarka, o en un nihilista, a lo mejor, hasta te puedes hacer colega de Pérez Reverte, y todo.

La última de Pérez Reverte han sido sus comentarios en Twitter sobre la película «Grupo 7«, que trata, parece ser, sobre una unidad de policías encargados de expulsar de forma dura y expeditiva a los yonquis del centro de Sevilla, en los días previos a la Expo de 1992. Reverte se ha deshecho en elogios con la película diciendo que refleja muy bien algunos ambientes delictivos de la ciudad de Sevilla:

«Maderos, yonquis, putas y gentuza. La vida misma. La Sevilla real. La que incomoda y nunca saldrá en el Hola».

No contento con ello, después continuó explayándose: «Esa Sevilla cutre que era así en el 92 y lo sigue siendo», y que resulta «más real que ese otro camelo de Ferias de abril, Semanas Santas y Rocíos varios que nos venden a diario».

Ahí ya empezó la indignación, por supuesto. Cómo no iba a ser menos en este país.

Al momento empezaron a exigir a Reverte que pidiera disculpas. Es que ya se sabe: a fecha de hoy, no hay mayores problemas en Andalucía y España que un puñetero comentario de Reverte.

A varias tontas enfurecidas contestó: «¿Qué no esperaba, señora mía? ¿Que diga que toda Sevilla es maravillosa y no hay allí droga ni miseria?», o «Algunos sevillanos también lo creen. Deberían darse una vuelta por el extrarradio», o «Señora mía, aprenda a leer. Y a hablar bajito. Toda Sevilla no es cutre. Hay una parte que sí. ¿Se lo canto?».

Me gustó mucho la respuesta que dio a alguno que dio a alguno que dijo que ya no iba a seguirle: «En ese caso, le sugiero que siga en Twitter a Mary Poppins».

¡¡Ooooooh, qué indignación, qué escándalo!! «No le voy a seguir más», es algo que me han dicho ya varias veces a raíz de varios escritos. Pues vale, pues no me siga más, qué quiere que le diga.

Y hay que ser membrillo para no darse cuenta de que Reverte se refiere a una Sevilla que nunca aparece en la prensa-basura del corazón o de la que nunca se dice nada, eso es de lo que está hablando, no que toda Sevilla sea así.

Sevilla tiene zonas muy bonitas, con buenos sitios para tomarte una cerveza (aunque la Cruzcampo prácticamente es una meada fría) y tranquilas, tipo Triana, Los Remedios, La Macarena, Nervión, Los Bermejales o Sevilla Este (eso sí, estos dos muy apartados para mi gusto) con gente muy decente, y unas mujeres más guapas que la media del resto de España. Ya sabemos que España es un país en el que, por lo general, los hombres son más guapos que las mujeres (aunque a mí, obviamente, los hombres no me interesen, maricón no soy) y en Sevilla el nivel suele ser el mismo. La diferencia es que las que son guapas lo son con ganas (y con muchas ganas, además). También hay mucha guiri, cosa que eleva el nivel.

Pero también tiene zonas degradadas, de camellos, yonquis y putas, para qué lo vamos a negar, aunque, por lo general, sea una ciudad mucho más segura que, por ejemplo, Madrid o que otras ciudades europeas, eso por supuesto. 

Si viajas a Sevilla, puedes ver lugares muy monumentales y elegantes, como el centro de la ciudad, pero también puedes hacer como si hubieras dado un salto de miles de kilómetros en el espacio y te hubieras trasladado a los suburbios de Calcuta o Nueva Delhi si te vas a las 3000 Viviendas (realmente, muchos habitantes de allí parece que hubieran sido importados directamente desde alguno de los barrios más miserables de la India, y no solo por la mugre) o al Bronx (está considerado un barrio prácticamente igual de peligroso). Allí las noticias sobre reyertas, tiroteos, incautaciones de armas, desde katanas hasta fusiles de asalto Kalashnikov o metralletas manejadas por jovenzuelos, o drogas, son el pan nuestro de cada día. Los servicios públicos de bomberos, limpieza y autobuses no entran allí si no es con escolta policial.

¿Va a desaparecer todo eso porque se oculte? Pues no.

Además, posiblemente, al hablar de drogas y putiferio, Reverte en lo que estuviera pensando es en los gobernantes de Andalucía, teniendo en cuenta la macabra historia del dinero de los EREs empleados en comprar cocaína.  A eso se referiría al decir que en el Hola sí salen «otros yonquis limpios y aseados».

Vuelvo a decir, no simpatizo con este personaje, pero lo que ha dicho no es para tanto. Lo que ocurre es que vivimos en un país de mojigatos que a la mínima saltan con el «aaaaay, que ofendes, que ofendes!!».

Y, por cierto, aquí también dice algo muy cierto: «Siempre que viajo allí me pregunto lo que podría ser esa ciudad si dejara de mirarse en su espejo autista y se abriera al mundo con la cultura como reclamo y bandera. Hablo de la cultura de verdad, no de la caduca soplapollez de diseño que pretenden vendernos políticos y mangantes en busca de la foto y el telediario del día siguiente, o del folklore demagógico y sentimental con el que quienes manejan el cotarro pretenden –y lo consiguen desde hace siglos– llevarse al huerto a la ciudadanía. Hablo de la Sevilla que va más allá de los retablos barrocos en misa de doce, de los bares de tapas, de los pasos de Semana Santa, de la Feria de Abril y los carnets del Betis o del otro, de los apresurados rebaños de chusma guiri que el sevillano necesita tanto como desprecia. ¿Imaginan ustedes parte de la pasta invertida en cofradías y casetas de feria, empleada en hacer de esa ciudad un verdadero polo de atracción, no sólo del turismo, sino de la cultura internacional?».

Pues eso.


Respuestas

  1. Muy interesante entrada, Javier – curiosamente, unos amigos y yo hablábamos de esto mismo el fin de semana (de lo de «no me ofendas no me ofendas no me ofendas»). La verdad es que lo decíamos porque somos un grupo muy «ofensivo» – le doy un ejemplo. Si vamos a una iglesia catedral católica de «visita», en alguna excursión, no podemos evitar reirnos de tanta estatua y ridiculizar la misa (ojo, no interrumpimos JAMÁS las misas – hablamos así cuando hay un guía turista enseñándonos las cosas de Roma). Pues bien, hablamos sobre como mucha gente pretende callarte y decirte que «ofendes». Otra cosa es que uno, por madurez, quiera evitar ofender gratuitamente y provocar problemazos innecesarios. Luego acabamos ridiculizando eso de «me haj ofendío joé». Pues OFÉNDETE Y MADURA.

    Tema Pérez-Reverte: A mí es un personaje que no me cae NADA bien. Yo puedo estar de acuerdo en que hay ciertos colectivos que solo pretenden que se les conozca por ejemplo por «ser mujer» o «ser gay» y otras cosas que yo considero chorradas, pero yo no creo que se gana nada poniéndose en plan «QUE ASQUEROSOS SON LOS MARICONES ESTOS» (míra míra míra lo guay que soy, soy homófobo y qué valiente).

  2. No, a mí este Pérez-Reverte tampoco es que me caiga muy bien, pese a que alguna vez, de cuando en cuando, tenga razón. Lo veo como un tipo al que gusta llamar la atención, dándoselas de «políticamente incorrecto», que estén hablando de él, sea para bien o para mal.

    Es que eso de ser cañero y contundente en lo que se dice o se expone, sin caer en la demagogia o el caos anárquico, es un verdadero arte que no está al alcance de todos. Si no lo dominas, te puedes convertir en un Pérez-Reverte, un tío que, al final, lo que haga es soltar una diarrea para no decir prácticamente nada.

    Sí, muchas veces hay que ir con cierto tacto porque tampoco es cuestión de ir provocando por provocar. Una cosa es criticar lo que haya que criticar, ofenda o no, y otra ir con intención de provocar gratuitamente y crear reyertas o altercados. Aquí, precisamente, hay que ir con cierto tacto con el tema este de las figuras de madera de Semana Santa. No porque haya que «respetarlas», claro, la idolatría es un pecado y Dios lo que manda es combatir el pecado y condenarlo en el nombre de Cristo, NO «RESPETARLO», pero hay que discernir en cada situación, y aquí, por ejemplo, tener en cuenta que hay gente para la cual toda su vida todo su «universo espiritual» ha girado en torno a esa figura de madera, y, por ello, sí, no participar en ello ni aprobar el pecado, si tiene que haber algún conflicto pues lo habrá, pero tampoco ir expresamente buscándolo.

  3. Hola Javier,

    Bueno para empezar dejo aquí un link a texto que escribí sobre Pérez Reverte hace más de dos años y que muestra mi opinión sobre el personaje:
    http://lasuertesonriealosaudaces.blogspot.es/1268939399/

    Como ve, no es excesivamente positiva.
    Quería preguntarle, ¿está seguro que el texto sobre Zapatero es suyo? Es claramente su estilo, pero Reverte ha generado un estilo tan peculiar que existen alghunos textos en internet que pasan por suyos sin ser suyos, y podría ser el caso.
    Respecto a lo que dice sobre la película y Sevilla creo que está buscando la polémica, pero no deja de ser verdad, como en todas las ciudades.

    Yo creo que a gente como Reverte hay que ignorarla cuando se mete a opinólogo. Criticarle solo aumenta su ego y nos saldrá con más salidas de tono.

    Por cierto tengo que situarme radicalmente en contra de una de las ideas que ha expresado. Las Españolas son más guapas que nosotros. Tendría que ir a Argentina y verá como las Argentinas son bastante feas y los Argentinos lo contrario. Al volver de allí me dí cuenta el gusto que da pasear por las calles españolas.
    Y dentro de España creo que son más guapas las mujeres del sur que las del norte.

    Saludos,

  4. Hola Pedro:

    Me ha gustado su entrada sobre Reverte, creo que aquí expresa incluso un poco mejor lo que es Reverte como “opinologo”: “parece ese tipo de personas que están contra el mundo, contra toda la política, deprimidos por el país en que viven, con sus compatriotas, con las esencias españolas. Desde ese planteamiento se sitúa en una posición superior, culturalmente superior, desde donde critica sin cuartel a todos, lo que sin duda para él será el reflejo de una posición independiente y políticamente incorrecta de la que se jacta”.

    Yo, aparte, lo que veo en su estilo es todo como un caos, un desparrame en el que suelta cosas sin ton ni son, en el que muchas no es que sean falsas, pero con las que te quedas al final diciendo: “vale, muy bien, dices que todo es una puta mierda ¿y?”.

    Sus novelas ya digo que no las he leído, aunque la película “Alatriste” sí me gustó, así que supongo que deben ser interesantes las de esa serie. Lógicamente, no es lo mismo una novela en papel que una película, pero esta está bien. Se nota que se han esforzado por comprimir todos los libros en poco más de dos horas de película, con lo que algunas historias han quedado un poco deslabazadas y confusas, en cuanto a su narración, pero lo mejor de la película es la ambientación, ese ambientillo de la España del siglo XVII, me parece que el auge y decadencia del Imperio Español está bien representado en las andanzas del protagonista.

    El escrito de Zapatero, que yo sepa, sí es de Reverte, está publicado en el XL Semanal, el suplemento del ABC, y recuerdo que causó cierto “revuelo” en su momento por cómo se explayaba.

    En cuanto a las mujeres, bueno, pero es que Latinoamérica tampoco es que ande muy boyante en ese sentido. Aquí hay una idea extendida de que las mujeres de allí son casi todas de telenovela, pero no es así. A mí, por lo general, las que más me han gustado siempre han sido las del Europa del Este, aunque, más en concreto las de la antigua Checoslovaquia y Hungría. En Croacia, por ejemplo, también hay unas mujeres muy guapas, según me han contado. En el norte de España, sí, son un poco peores, aunque hay una cosa que me ha llamado la atención: en el País Vasco las abertzales son verdaderos “callos”, y me acuerdo de unas que eran la cara visible de un partido de la “izquierda abertzale” que salió hace varios años, el PCTV: “las Nekanes”, como las llamaban. Pues con las Nekanes, a veces, era difícil determinar de qué sexo eran, eran unas auténticas marimachorras. Sin embargo, quitando eso, allí hay algunas, entre las normales, que son especialmente guapas.

    Saludos.

  5. Arturo Pérez-Reverte, como en el pasado Camilo José Cela, o también hasta hace bien poco Mario Vargas Llosa, ha sido adoptado por la «derecha sin complejos» como uno de sus principales iconos, sin importar demasiado el sentido y el valor de su obra literaria a partir de este momento.

    También en la izquierda ha ocurrido con Chomsky ( al que creo que nadie en el mundo político en verdad ha llegado a leerle ) y Paco Umbral, por ejemplo.

    Así, Santacreu, aquel padre coraje que lleva años intentando hacerse con el liderazgo de los peperos descontentos, ya quiso hace un tiempo proponer a Pérez-Reverte como referencia moral e ideológica, pero todo quedó en un quiero y no puedo.

    Lo que vengo a señalarles con todo esto es el que este asunto no tiene nada de circustancial, casual o gratuito, sino que es un vértice más de un proceso que ya viene de hace unos años.

  6. Buenas. ¿Sabéis por qué Reverte habla así? Porque aparte de que ha visto lo que es la vida en general, ha pasado por mucho. Sabe lo que es jugarse el pellejo con francotiradores bosnios, ha hecho crónicas con tanques israelíes detrás, ha presenciado violaciones de monjas cristianas en Eritrea. Este hombre, a diferencia de muchos perioduchos y amantes de lo políticamente correcto, se moja, y dice lo que piensa. Sí es cierto que cae en el insulto. ¿Nihilismo decís? Vale, pasad veinte años de corresponsal de guerra, y luego me habláis de nihilismo o existencialismo -no me refiero a los que habéis firmado, es un término genérico-. A mí me parece un tío con un par, que en este país charcutero no abunda gente así, y lo que ha dicho de Sevilla tiene más razón que un santo.

    Y seguro que saldrá algún gilipollas diciendo que Reverte odia Sevilla, cuando es su ciudad favorita de España y ha ambientado dos novelas suyas allí (La Piel del Tambor y el Oro del Rey, para más señas)

    Pero nada; aquí quedémonos con lo «políticamente correcto» y no llamemos a las cosas por su nombre. Por cierto, interesante artículo e interesante espacio. Con mucho gusto le enlazo. Buenas Noches.

  7. Buenos días, caballero:

    No, en ningún momento se dice que Pérez-Reverte no tenga un par, y precisamente se necesita en España muchísima más gente con un par (en la propia entrada hablo de señoritas de ambos sexos, lo que más abunda ahora en España), pues eso se percibe, y muchos me lo dicen, ahora mismo somos un país de blandiblús, está la gente en un plan muy blandito. En cuanto a la faceta de periodista corresponsal de guerra, no me cabe duda de que era mucho más duro y competente que tanto periolisto actual tipo Couso, que va a una guerra creyendo que es el “prota” de una “peli” tipo “Platoon” o “Apocalypse Now”, o que va a lograr la “exclusiva de su vida”, y que en un conflicto bélico no hay posibilidades de que una bala perdida o un proyectil te alcance a ti. (bueno, algunos conspiranoicos decían que las tropas americanas le dispararon a propósito para “silenciarle”, efectos del exceso de litronas mezcladas con porretes). Pérez-Reverte, por lo menos, en aquellos tiempos no se sumó a la campaña estúpida esa de la pegatinita.

    Por “nihilismo” más bien nos hemos referido a que esa dureza no es enfocada en una crítica constructiva, sino destructiva de las cosas, que son dos estilos totalmente distintos.

    Saludos y agradezco que le guste este espacio.


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