Posteado por: Javier | noviembre 5, 2014

De tetera en tetera hasta la derrota final

Aunque pueda parecer extraño, hoy no celebro nada. Es más, ha sido una cita que ha pasado enormemente desapercibida para mí este año, pese a lo cual creo conveniente dar algunas notas sobre lo sucedido.

Ayer se celebraron en EEUU las elecciones por las cuales se renovaban los 435 escaños de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado y, como se esperaba, han concluido con una victoria de los republicanos, quienes han conseguido los seis escaños que necesitaban para tener el control del Senado y, al mantener su mayoría en la Cámara Baja, ya controlan totalmente el Congreso. Los republicanos no solo han tomado el control del Senado, sino que los han hecho con más holgura de los previsto, en la Cámara de Representantes han pasado de 234 escaños a 250 y han aumentado el número de gobernadores de 29 a 35.

Resultado: a Barack Obama le quedan unos dos últimos años de presidencia “calentitos”, con los republicanos controlando el Congreso, situación que no se daba desde el año 2006.

A ver, esto no es nada extraño. Es más, es habitual que en las elecciones legislativas triunfe un partido distinto a aquel cuyo candidato ocupe la presidencia (además de que el sistema electoral y la composición social actual norteamericana en esta ocasión no perjudica tanto a los republicanos como en las presidenciales).

La cuestión es que esta victoria puede ser la antesala de ver al Partido Republicano por varias décadas fuera de la Casa Blanca. Y viendo lo que es el actual GOP, cada vez es menos dudoso que la noticia se pueda considerar incluso buena, dada la deriva en la que están inmersos, con el Tea Party controlando el partido y marcando prácticamente toda su agenda.

Este control ya casi total es un hecho desde el golpe tan duro que las teteras asestaron en junio al ala moderada del partido (o, más bien, a lo que quedaba del ala moderada). Lo más simbólico fue la victoria del tetero David Brat, un desconocido profesor de economía, sobre Eric cantor, el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, en las primarias del distrito 7 de Virginia.

La derechización radical del Partido Republicano con este triunfo del Tea Party, aparte del acta oficial de defunción del viejo GOP (aunque el proceso era anterior, venía desde los años 90) supuso que los demócratas pudieran presentarse como el gran partido «moderado y liberal» en EEUU. La prueba de este auge de los radicales es que las teteras mostraron la fuerza suficiente como para derrotar a uno de los hombres más poderosos de los republicanos. Se da la circunstancia de que Cantor, pese a que no defendía exactamente la reforma migratoria de Obama (que algunos republicanos apoyan), sí aceptaba la regularización de jóvenes indocumentados, una medida que para su rival, Brat, y el resto del Tea Party, equivalía a una amnistía. La identificación de Cantor con Washington (y todo lo que este nombre evoca para muchos dentro de la actual «derecha» populachera norteamericana: «corrupción», «politiquería», «desconexión con el pueblo», «malvados centralistas federales», «conspiradores neocons», etc.) también ayudó muchísimo a Brat en la campaña.

Conocer un poco la ideología del Tea Party es saber por dónde van a ir los derroteros de la oposición que los republicanos van a plantear a Obama en el Congreso por estos dos años: eliminar la ampliación del sistema de cobertura médica («Obamacare»), suprimir importantes ministerios federales (educación, energía), prohibir completamente el aborto y endurecer aún más el sistema de inmigración, rechazar los intentos de simplemente limitar, no prohibir, la compra y utilización de armas de todo tipo por parte de personas con historiales de problemas mentales o de introducir estándares mínimos de eficiencia energética a nivel federal. No sería raro otro cierre del gobierno federal, dado que sin autorización de los republicanos, Obama ya no podrá aprobar el presupuesto anual ni aumentar el límite de endeudamiento de EEUU. El año pasado, la economía norteamericana perdió 160 millones de dólares cuando el Tea Party puso como condición para aprobar el presupuesto anual y aumentar el límite de endeudamiento la derogación de «Obamacare», forzando al cierre del gobierno federal. También es de cajón que Obama, que ya de por sí no es que fuera un entusiasta de ello, no va a poder plantearse ni una sola acción militar de envergadura contra ningún enemigo de EEUU y occidental… como ya se sabe que, para las teteras recalentadas y alocadas, quienes defendemos esto somos «unos putos neocons».

Es probable que los republicanos moderados intenten pactar algunas reformas mínimas en materia energética, inmigración y fiscalidad de las empresas para que no se pueda achacar a su próximo aspirante a la presidencia una parálisis legislativa total durante dos años, pero, seguramente el Tea Party, emborrachado de éxito desde ayer, a cambio de mantener sus esencias, se contente con el control del Congreso y poder estatal y local, aún sabiendo que no van a ganar las presidenciales. O, lo que es lo mismo, que el Partido Republicano acabará convertido en un partido enfeudado en los estados del interior, principalmente en los más pobres y menos desarrollados, una especie de partido rural y agro-anárquico obsesionado con que lo importante es «dar caña» a cualquier cosa que propongan los demócratas porque es «malvado socialismo», sea lo que sea, y en cortocircuitar al gobierno federal, otro de sus «demonios» particulares.

Con la nueva configuración demográfica que, a marchas forzadas, se está produciendo en EEUU, un país cada vez menos blanco y anglosajón y, a su vez, cada vez más latino, y con los republicanos únicamente preocupados por contentar a sus bases electorales más «cañeras» y hostiles a las minorías raciales, el que vuelvan a la Casa Blanca se va a convertir en algo casi utópico de aquí a poco tiempo. El líder republicano de la Cámara de Representantes, John A. Boehner, va a tener más dificultades aún que las que ha tenido en los últimos cuatro años para moderar a su grupo. El bloque de los republicanos «antiinmigración» de la Cámara de Representantes bloqueó la reforma migratoria integral aprobada por el Senado el año pasado, pese al hecho de que republicanos más moderados como el ex-presidente George W. Bush y su hermano Jeb (posible candidato presidencial, recordemos) la habían apoyado. El problema para los republicanos, por supuesto, va a ser que cualquier futuro candidato va a preferir no hostilizar al ala más extremista y tetera antes que seducir a los votantes latinos, como le ocurrió a Mitt Romney en 2012. Para los del Tea Party, el odio a Obama es más importante que cualquier otra consideración.

En cualquier caso, aquel Partido Republicano histórico fundado por el gran Abraham Lincoln, el del progreso y la lucha por la consecución de más libertades y derechos civiles, ha muerto, pasando a convertirse en una grosera caricatura, como casi todo lo que actualmente pasa por «la derecha» en el mundo occidental, es decir, lleno de frikis, conspiranoicos y extremistas.

A pesar de esta visión que puede parecer tan sombría, reconozco los logros históricos del Partido Republicano pero del pasado y de misticismos no vivimos.

Es todo lo que tengo que decir de este tema de las legislativas norteamericanas.


Respuestas

  1. No puedo estar más en desacuerdo.

    ¿ Ganaron los del «Tea Party» las pasadas primarias ?

    No, no fue así, y por eso ayer sólo cuatro candidatos a la cámara de representantes estaban claramente apoyados por el Tea Party y no muchos más lo estaban menos explícitamente por Sarah Palin.

    Lo de Eric Cantor es cierto, pero hasta ahí.

    Por eso dijo McConnell aquello de «¡ Los vamos a crujir !».

    Es lo que ha venido diciendo nuestro estimado Alfredo Coll durante estos últimos meses, eso de que la militancia del Partido Republicano se ha cansado de las locuras.

    Entre los gobernadores sí han resistido bien los imitadores del Sombrero Loco, pero en la Cámara de Representantes no.

  2. Yo creo que esta victoria no le viene bien al Tea Party: ahora los moderados del GOP podrán promover leyes sin la necesidad de contar forzosamente con el los representantes afines al Tea Party.

  3. El objetivo era adelantar en dos años el fin del mandato de Obama y se ha conseguido.

    Así, el posible sacrificio del «Tea Party» en cuanto a no ver aumentar el número de representantes claramente identificados con sus posturas se ha hecho con gusto.

    Ahí tenemos a Ted Cruz celebrando antes que nadie los resultados, y a Rand Paul queriendo ser también el primero en aprovechar estos días de «Pato rengo» para aprobar todo lo inaprobable.

  4. Hola a ambos.

    A ver, no es cuestión de que haya una mayoría de representantes directamente promocionados por el Tea Party o que sean miembros que hayan conseguido escaños. Y es evidente que tampoco ganó las primarias, pese a que hay victorias que son mucho más simbólicas y poderosas que lo que los números parezcan evidenciar: el Tea Party no ganó las primarias pero que un semidesconocido como Brat derrotara a Cantor sí es muy significativo de ciertas tendencias en cuanto a por dónde van las tendencias de la base social actual de los republicanos. La cuestión es más bien de influencia de este movimiento entre el habitual voto republicano y como puede esto influir en los representantes, por eso hablo más bien de tendencias en el futuro. Puede haber un candidato bastante moderado en 2014, como lo era Romney en 2012 (pese a algún error de bulto que cometió en alguno de sus discursos), Jeb Bush, por ejemplo, pero si la base social republicana es muy pro-Tea Party es evidente que van a tener mucha influencia.

    De todas formas, la única posibilidad es la que apuntan: que, al controlar todo el Congreso, los republicanos tengan que postularse no ya solo como un partido opositor, sino como un partido de gobierno creíble, y a partir de ahí tengan que presentarse como más responsables.

  5. Decir que no ganaron extremistas alocados en las últimas elecciones americanas es negar la realidad, Moli. Ganaron varios locos, da mucho miedo.

  6. […] a comentar mi parecer sobre lo que ha ocurrido. Para tener otro contexto, también recomiendo el escrito de don Javier al […]

  7. Claro que ganaron su asiento algunos locos, pero el nivel de locura quedó intencionadamente muy bajo mínimos ante el objetivo primero y principal de arrebatar la mayoría en la Cámara de Representantes.

    Sí, podemos mencionar a este o aquel por su nombre y apellidos, pero se quedan en nada si entendemos que dicha cámara tiene hoy más de 230 representantes republicanos.

    Les acepto, ya lo dije antes, que entre los gobernadores sí los sombrereros locos han resistido bastante bien y que estamos expectantes ante la aplicación práctica de ciertas utopías, pero en lo principal que era la Cámara de Representantes no fue su momento.

  8. […] a comentar mi parecer sobre lo que ha ocurrido. Para tener otro contexto, también recomiendo el escrito de don Javier al […]


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