Posteado por: Javier | julio 19, 2012

El mundialismo onusino pincha hueso en EEUU

¡Qué buena noticia hace dos días desde EEUU!

Una muestra de que EEUU, aunque ande de capa caída, sigue siendo un país que controla su propia soberanía y cuyos representantes electos democráticamente pueden defenderla:

El martes se detuvo por parte de 34 senadores liderados por los republicanos Jim DeMint y James Inhofe la posibilidad momentánea de ratificación de la CONVEMAR (Convención sobre el Derecho del Mar), un tratado que data de 1982 y que ya fue rechazado en ese año por Ronald Reagan.

A «grosso modo», el CONVEMAR es un tratado promovido por la ONU que, quedándonos en la letra, busca regular los derechos y responsabilidades de las naciones cuando navegan y llevan a cabo negocios a través de los mares, proteger el entorno marino y permitir el desarrollo de los recursos naturales del fondo marino profundo. España, cómo no, es parte: Aznar, no podía ser menos, lo ratificó en enero de 1997.

Pero, yendo al fondo de la cuestión, no es más que otro de los instrumentos totalitarios y expansionistas de la ONU y una nueva fuente de jugosos ingresos para bananeros de todo pelaje vinculados a esta organización y asentados en Kingston (Jamaica). De hecho, de haberlo ratificado, EEUU habría tenido que gastar dinero en financiar otra lujosa y absolutamente inútil burocracia internacional, todo para mantener una forma más de intentar controlar casi cada aspecto del uso de los mares que haga cada nación.

Como no podía ser de otra forma, a Barack Obama y a John Kerry, el que más ha estado dando la brasa para que EEUU lo ratifique, les chifla, les va la marcha de esto del CONVEMAR. Igual que a Obama le encantan cosas como el Tribunal Penal Internacional, también es normal que le guste mucho otra forma de control estatal sobre todo, de más prohibiciones, de regulación interminable de impuestos internacionalizados, etc.

EEUU no necesita ningún tratado mundialista de este tipo para proteger sus derechos e intereses marítimos, puesto que la propia Armada estadounidense lleva más de doscientos años haciéndolo muy bien sin necesidad de la ONU. Por cierto, un magnífico ejemplo de la «eficacia» de la CONVEMAR lo vemos en el caso de Filipinas, país que la firmó y que ahora se ve intimidado por otro de los ilustres miembros de este infame tratado: China.

Tampoco necesita ratificar este tipo de componendas para proteger el medio ambiente pues lo hace y muy bien mediante sus propias leyes. Hasta en tiempos del «malvado» y «contaminante» de George W. Bush. Otra de las mayores tonterías que se han dicho en los últimos tiempos por pura ignorancia: Bush NO estaba despreocupado del medio ambiente, como divulgaban los medios de la progresía, por no ratificar el Bodrio de Kyoto. Bush lo que no quería eran tratados internacionales que dictasen a EEUU y le robasen la soberanía sobre lo que tenía que hacer o dejar de hacer en materia energética o ambiental, lo que adoptó fueron medidas de carácter nacional, como la creación de la mayor área marítima protegida del mundo, alrededor de las islas estadounidenses en el Pacífico, una zona de más de 500.000 Km2 de valiosísima vida natural una de las zonas de mayor riqueza ambiental del planeta, donde está la Fosa de las Marianas, además de designar en 2006 una amplia extensión del archipiélago noroccidental de Hawai como Monumento Nacional Marino de Papahanaumokuakea, concediéndole a esta área el mayor grado de protección que contempla la legislación norteamericana, así como acuerdos de protección de bosques. Pero con lo de Kyoto actuó bien, por supuesto, teniendo en cuenta que suponía millones y millones de dólares del contribuyente americano… con la esperanza de que la temperatura global baje medio grado a lo largo de este siglo. Pues en relación a la CONVEMAR, igual.

De haber ratificado esto de la CONVEMAR, EEUU habría estado expuesto a un sin fin de pleitos medioambientales internacionales, planteados por los activistas ecolojetas mundiales, que habrían perjudicado sus intereses ecológicos, económicos y militares. Hasta a juicios basados en la supuesta contribución de EEUU al cambio climático del planeta. Más paro y más crisis económica. Pero eso a Obama parece que le da exactamente igual.         

Pero, aún así, lo peor de todo es que hubiera obligado a EEUU a perder el derecho a las regalías generadas por el desarrollo del petróleo y el gas en la plataforma continental más allá de las 200 millas náuticas, un área conocida como la “plataforma continental extendida”. Estos miles de millones de dólares habrían ido a parar a una siniestra «Autoridad Internacional de los Fondos Marinos», encargada de distribuirla entre «países en vías de desarrollo» (imaginen la cantidad de tiranos grasientos, peludos y marrones que se habrían puesto las botas) y, no es una broma, es verdad, entre “los pueblos que no han alcanzado una total independencia”, según el propio texto del tratado. O sea, a la Autoridad Nacional-terrorista Palestina, por ejemplo. ¿Por qué no? Dado que ese organismo es el que decide.

Bielorrusia, Sudán, Cuba, China o Zimbabwe, entre otros, son miembros de la CONVEMAR. Ya sabemos, países muy «democráticos» y caracterizados por que en ellos no hay corrupción, así como por la «exquisita» seguridad jurídica que hay allí. Incluso, alguno de ellos, patrocinador del terrorismo. Pues a esos países podría haber ido todo ese dinero de EEUU.

Los americanos se han librado de una buena pero deben mantenerse alerta puesto que el inefable de Kerry parece que quiere volver a las andadas después de las elecciones de noviembre, volviendo a infiltrar el debate sobre esta vergüenza de tratado mundialista. Dios quiera que Obama ya esté en el paro para entonces.


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